Cuando descubras los beneficios de la psicología, no querrás soltar a tu terapeuta.
¿Cuántas veces has escuchado a algún amigo o familiar comentar con emoción que empezó a ir con el nutriólogo, o asistir al gimnasio, o que entró a clases de yoga, piano, etc. para sentirse mejor? ¿Y cuántas veces has oído con la misma emoción decir a alguien que comenzó a ir a psicoterapia para (de la misma forma) sentirse mejor? Seguramente muy pocas veces, o incluso ninguna.