Desde tiempos inmemoriales, el vestir siempre ha sido una necesidad que el ser humano ha tenido, ya sea para cubrirse del frío o de las altas temperaturas de los lugares donde ha habitado. Sin duda alguna el vestido siempre ha sido parte fundamental de la evolución humana.
Conforme nuestra sociedad fue avanzando, hemos sido testigos de todo tipo de diseños creados no solamente para cubrir a las personas del frío o sol, sino que ahora empiezan a marcar una división de clases. Tal como lo vemos en la época de los feudos, donde aquellos que tenían una poder adquisitivo mayor podrían lucir ropajes diseñados con la mejor tela y adornos que eran considerados los mejores para aquella época, y el pueblo, al no tener el dinero sobrante tenían que conformarse con lo poco que tenían.
El tiempo siguió pasando y una división también se hizo presente: faldas y pantalones. El uso de esas dos prendas se convirtió más que nada en un distintivo en la sociedad entre la feminidad y la masculinidad. Era común ver solamente a los hombres vestidos con pantalones que les daban la libertad de moverse debido a las actividades que realizaban, las mujeres en cambio, al llevar el rol de la delicadeza y maternidad usaban vestidos que entallaban su delicada y esbelta figura.
Las épocas fueron corriendo, se dieron varios movimientos sociales y la moda también fue cambiando, el tipo de vida solicitaba ropa que no fuera muy difícil de colocar y que hiciera su uso más fácil, aunque sin perder el estilo. También un giro importante, fue la “Liberación femenina”, pues la mujer empleo tomarse libertades antes no permitidas como mostrar las piernas, escotes pronunciados, uso de pantalón y peinados no tan elaborados.
En la actualidad podemos ir a los grandes almacenes, plazas comerciales o comprar ropa, a nuestro gusto, dependiendo la temporada y en ocasiones a un precio accesible. Sin embargo, no tenemos mucha libertad que digamos, antes nos enfrentábamos al dilema de no tener variedad de donde elegir o nos cánones del vestir muy estrictos. Ahora, nos enfrentamos a la reducción y estandarización de tallas a nivel mundial.
Debido a que vivimos en un mundo globalizado, los cánones de la moda se han establecido con base en las propuestas de grandes casas de diseño o pasarelas de las ciudades capitales de la moda Londres, París, Nueva York, etc., donde vemos que las tallas llegan a la doble 00, queriendo estandarizar a todo el mundo bajo ese régimen olvidando las características físicas de las personas de las diferentes regiones del mundo. Sé que se ha empezado a hacer campañas para quitar o evitar que las modelos de pasarela sean tan delgadas para ir erradicando enfermedades, sin embargo, al ir una tienda de ropa nos encontramos con una realidad muy distinta.
No importa si eres delgada, robusta, con caderas, poco pecho… todas sufrimos de lo mismo. Casi nunca encontramos algo que nos quede como nosotras deseamos o no hay de nuestra talla.