Un 23 de julio, pero del 2011, su guardaespaldas la encontró muerta a Amy Winehouse en su cama. Aunque era una cantante joven con 27 años de edad, muchos de sus fans y conocidos no se sorprendieron demasiado con la noticia en aquel entonces, ya que padecía de un alcoholismo incontrolable, tanto que ya daba conciertos con una gran cantidad de consumo de alcohol encima.
Amy Winehouse era una cantante nata, nos asombró con su voz, prueba de ello su famosísimo éxito Back to Black, el cual es una pequeña obra maestra, la cumbre de su arte, canción que todos conocen y que fue hecha para Blake, su ex novio en ese tiempo, ya que en una de sus muchas rupturas, le proporcionó a Amy la inspiración para realizar esa pieza musical.
El día en que se anunciaron las nominaciones a los Grammys, Back to Black recibió reconocimientos en la mayoría de los rubros principales: mejor álbum, mejor canción, mejor grabación, mejor productor, revelación.
Con Blake vivió una relación tóxica, la llevó por mal camino, nunca trató de salvarla, al contrario, siempre la hundía, tanto así que la metió en drogas. Había tenido colapsos y sobredosis que la pusieron al borde de la muerte en varias ocasiones. En una ocasión, encontraron en su sangre rastros de alcohol, cocaína, crack y heroína, y eran los tiempos en que estaba de novia con Blake.
Amy no aguantó más, desde su juventud sufrió de depresión y bulimia. El trastorno alimenticio estuvo oculto durante mucho tiempo. Luego, llegaron el alcohol y las drogas, factores que la orillaron a tener una vida de vicios incontrolables. Además de las presiones por parte de su padre, quien siempre parecía aprovecharse de su éxito, y su novio que solo le hacía daño, su muerte llegaría tarde o temprano, eran cargas muy pesadas que no podía aguantar más.
«Con la cantidad de heroína, crack, alcohol y cocaína que su hija lleva en las venas, es un milagro que no esté en coma», le dijo el doctor a la madre de Amy Winehouse, el 27 de agosto de 2007. La cantante tenía 23 años y acababa de sufrir su primera sobredosis. «Si se repite, morirá», le advirtió el médico. El final ya lo conocemos, solo su guardaespaldas se despidió de ella cerca de la medianoche. A las tres de la mañana, Amy envió un mensaje de texto a un amigo: “Estaré acá para siempre, ¿y tú?”. A las diez de la mañana, el guardaespaldas se acercó a su puerta y no escuchó nada. No lo sorprendió. Tampoco cuando repitió el movimiento a las 12 del mediodía. A las tres de la tarde, alarmado por la falta de respuesta de la cantante, ingresó a su cuarto. Llevaba muerta varias horas. Al costado de la cama había tres botellas de vodka vacías. Los análisis toxicológicos demostraron que no había rastros de drogas en su sangre, solo alcohol. Muchísimo. Una cantidad desmesurada, 4,16 gramos por litro de sangre. El límite antes del coma alcohólico es de 3,5.
Podemos conocer un poco más de la vida de Amy viendo el documental, está disponible en netflix.